joi, 23 mai 2013

Rumanía, un país que despierta los sentidos

Foto: www.srita.ro
"Resulta imposible describir Rumanía en una sola frase. El Mar Negro, los Cárpatos, los monasterios de Moldavia, el Delta del Danubio, la magnífica arquitectura de Bucarest, Transilvania y la leyenda de Drácula, su cocina tradicional y sus famosos vinos. Todo esto es lo que significa Rumanía

Este país europeo, situado en el suroeste del continente, cuenta con una población de unos 22 millones de habitantes, de los cuales alrededor de dos millones y medio viven en Bucarest, su capital. La mayoría son cristianos ortodoxos, aunque también hay minorías que profesan otras religiones, como la romana-católica, greco-católica, protestante, musulmana, judía, etc. Su clima templado-continental ofrece en verano temperaturas que varían desde los 22 hasta los 38ºC, y en invierno baja a los -3º, llegando a alcanzar los -30ºC.

Bucarest, la "ciudad de la alegría"

Situada en una llanura de horizonte infinito se encuentra la capital de Rumanía, Bucarest, que reúne antiguos palacios de una belleza insólita, que dejan claras evidencias de un pasado más que fastuoso; parques con árboles de vidas tan longevas como el mundo; grandes bulevares que dan paso al Parlamento, la Patriarquía, al casco antiguo con la Corte Vieja y a una gran variedad de iglesias. Pero la llamada "ciudad de la alegría" no es sólo historia y tradición, también es el centro industrial y comercial de todo el país.

Bucarest es el punto de partida más adecuado para una vuelta por Rumanía. En los años 30, esta ciudad también recibía el nombre de "el pequeño París", por sus avenidas custodiadas por grandes árboles y por el Arco del Triunfo que podemos encontrar en la Avenida Kisseleff, todavía más larga que la de los Campos Elíseos. 

Muy cerca del Arco del Triunfo merece ser visitado el Museo del Pueblo, al aire libre, en el parque Herastrau, que recoge auténticos ejemplos de la arquitectura y artesanía popular de Rumanía, incluso réplicas de las famosas iglesias de Maramures. Además, se pueden admirar otros monumentos emblemáticos como el Museo Nacional de Historia, que reúne la lujosa platería del tesoro nacional, el Palacio de Correos y el Parque Cismigiu. A continuación de la Avenida Kisseleff nos encontramos con la Calle de la Victoria (Calea Victorei), el lugar preferido por todos los bucarestinos para sus paseos en la noche veraniega.

En la zona antigua de la ciudad no podemos obviar el esplendor de la Iglesia Patriarcal, construida en 1657 y que contrasta con el centro cívico de Bucarest, y la iglesia Stravropoleos cerca de la Corte Vieja (ruinas del palacio Vlad Tepes). Si se tiene la oportunidad de contemplar un bautizo o a una boda en alguna de estas iglesias, asistirá a un espectáculo único. 

La vida artística de la ciudad es hoy más atractiva que nunca. La Ópera Nacional siempre ofrece repertorios clásicos de Verdi, Rossini, Mozart y Puccini, entre otros. Por su parte, el Ateneo Romano también programa conciertos internacionales realizados por la famosa Orquesta Filarmónica George Enescu.

El país de Drácula... y mucho más 

Abandonamos Bucarest y la siguiente parada de nuestro periplo es la pintoresca Piatra Neamt, una ciudad de Rumanía que posee una de las ubicaciones más privilegiadas del país, en las montañas de los Cárpatos orientales, sobre el valle del río Bistrita. Antigua capital de Moldavia, se trata de un pequeño paraíso que goza de todas las ventajas que le ofrece una naturaleza excepcional. Imprescindible visitar su iglesia y campanario del siglo XV y el Museo de Historia Natural de los Cárpatos.

De camino a Gura Humorului, dedicamos un día completo a visitar los grandiosos Monasterios de Bucovina, Patrimonio de la UNESCO, que resaltan por sus frescos exteriores pintados, que simbolizan una Biblia en imágenes vivas. Entre ellos destacan el de Humor, con una cúpula cuyo interior es una auténtica obra maestra de arte moldavo; el de Sucevita, una sólida ciudadela de piedra del siglo XVI que conserva la iglesia de la Resurrección; y el de Moldavita, en cuyo recinto fortificado destaca la iglesia de la Anunciación. A cinco kilómetros al suroeste de Gura Humorului, hacemos una parada obligada en el Monasterio de Voronet, más conocido como la "Capilla Sixtina de Oriente", cuyas pinturas se proyectan sobre un fondo azul. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, este monasterio de monjas pasa por ser el de más rápida construcción en el mundo; se levantó en tan sólo tres meses y 21 días, allá por el año 1488. 

Situada en la novelesca e histórica región de Transilvania, más concretamente en plenos Cárpatos transilvanos, se encuentra la ciudad de Sighisoara, destacable por las casas de la Ciudadela, el Museo de las Armas Medievales, la Torre del Reloj del siglo XIV y su gran cementerio, capaz de transportarnos a una auténtica película de terror. Conserva envidiablemente cada uno de los detalles de una ciudad medieval fortificada, también declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Nuestra próxima parada es Sibiu, antigua capital del Principado de Transilvania (1692-1791), elegida en 2007 Capital Europea de la Cultura. En ella podemos observar lugares y monumentos tan emblemáticos como la Plaza Mayor, la Plaza Menor y sus catedrales Ortodoxa, Católica y Evangélica. Brasov, la "ciudad-mártir", título que se le otorgó por la participación de sus ciudadanos en la Revolución Rumana de 1980, es una ciudad del medievo que presume de haber sido también capital de Transilvania.

La Iglesia Negra, la basílica más antigua de Rumanía, su centro histórico de calles empedradas y la Catedral de San Nicolás, en el barrio Schei, son sólo algunas de las evidencias que recuerdan un pasado glorioso. Para finalizar con nuestro recorrido, visitamos el Castillo de Bran, famoso en el mundo entero por su cinematográfico propietario, Drácula, y también Sinaia, más conocida como "la Perla de los Cárpatos", donde conoceremos el Castillo de Peles, antigua residencia de la Realeza de Rumanía, y el Monasterio de Sinaia."

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